Amsterdam es una ciudad encantadora. No es muy grande e invita a perderse por sus callecitas hermosas y laberínticas. Es muy fácil de recorrer, pero en virtud del tiempo a veces es mejor optar por el transporte público para poder conocer más y así aprovechar los días de la mejor manera. Por eso, lo más práctico es la tarjeta I Amsterdam, ideal para cualquier turista que visita la ciudad de los canales.
La tarjeta I Amsterdam se puede adquirir en el aeropuerto de Schipol o bien, en los distintos puntos turísticos de la ciudad. Nosotras recogimos las nuestras en el punto del aeropuerto, donde nos explicaron súper bien cómo usarla, ya que se debe activar desde el momento en que se usa el transporte que es parte de la red, ya sea bus, tranvía o metro. De hecho, en ese mismo momento aproveché de preguntar cómo llegar a nuestro hotel, que quedaba como a 15 minutos del centro de Amsterdam en tranvía y con la buena noticia que podíamos usar nuestras tarjetas en el bus que debíamos tomar fuera del aeropuerto.
Al subir al bus y validar las tarjetas (esto se hace cada vez que se sube o baja) el chófer nos entregó unos mapas con la red de transporte. ¡Y luego nos avisó donde teníamos que bajar para llegar al hotel! Cada bus y tranvía indica las estaciones en un panel luminoso. Obviamente, como desconocemos el idioma, no entendimos cual era el nombre de nuestra parada y gracias a él no pasamos de largo…